Poeta chileno

Alejandro Zambra

Con Poeta chileno, Alejandro Zambra vuelve a regalarnos una novela inolvidable. Comienza con un narrador en primera persona que no se oculta y nos explica por qué es necesario, para él, contar esta historia. Además, como si fuera posible, el relato pareciera que contiene el recorrido de muchas vidas y nos lleva de la mano por las vivencias de varios personajes, haciendo hincapié en lo conflictivo de los vínculos, en los deseos y en las decisiones que llevadas a cabo los (y nos) arrojan a cierta incomodidad.
El narrador sobre el protagonista dice que “se alegra de su soledad, adora su soledad, la cuida como se cuida un amuleto que anduvo perdido algunos años y le costó trabajo recuperar. Es una soledad amable y ruidosa, poblada de gente que sale y entra de su vida por una puerta giratoria cuyo mecanismo a veces se estropea pero que por lo general funciona bastante bien”. Y en gran parte la novela pareciera tratarse de eso, un cúmulo de soledades que forman una familia, o algo parecido y soledades que a su vez, al verse juntas y cruzarse en el camino, arman las identidades individuales.
El problema de Poeta chileno es que no se puede soltar y que el narrador promete y cumple, nos deja en vilo y nos tranquiliza como una marea constante y nos muestra diferentes puntos de vista para las mismas situaciones. En cada jugada agranda el universo de cada personaje, lo complejiza y embellece.

(Recomendado x Nadine Lifschitz)